martes, 22 de julio de 2008

La utopía de un mundo mejor

Siempre estamos en la búsqueda incesante de un mundo mejor. Pensamos que algún día se acabaran las guerras, la violencia generalizada,  las desgracias que vemos por la TV.

Todos estamos de acuerdo en que esas cosas estan mal, que deben pararse. Pero nadie hace nada por un mundo mejor. Lo único que hacemos es quejarnos y ocuparnos de nuestros problemas (que ya son bastante).

Vamos a la calle y ya la gente apenas se mira a la cara, siempre se tienen prisas, la gente es cada vez más competitiva y esos valores de amistad, tolerancia, compañerismo etc... 

La vida es muy complicada, como para preocuparnos por crear un mundo mejor. Para cualquier bobería tienes que entregar muchos papeles a muchas oficinas donde la gente te atiende mal, porque esta cansada, tiene prisa y no le importas en absoluto por sus problemas propios.

Todas las personas nos dedicamos a vivir nuestra vida lo mejor que podemos y creo que para poder ir a la búsqueda de ese mundo mejor, lo primero que deberíamos de hacer es pararnos, por un momento, disfrutar del silencio, disfrutar del olor del café recién hecho, y disfrutar de los tuyos con la mente en blanco donde las preocupaciones no existan por un instante. Centrarte en las pequeñas cosas de la vida.

Eso sí es verdaderamente un mundo mejor, aunque solo lo disfrutes por unos minutos o unas horas...

Ali

4 comentarios:

Erika dijo...

a veces las pequeñas cosas son las que más lugar ocupan en tu corazón.

César Vera dijo...

No es ninguna utopía. A veces quizá nos equivocamos al pensar que los cambios vienen desde afuera, pero lo más importante, lo necesario, es el cambio interno, de mentalidad, de actitud. Ese mundo mejor lo construimos hoy al dejar una sonrisa, al provocarla, al animar a alguien, al recuperar los sueños perdidos y dejarse la piel por verlos hecho realidad...al disfrutar del aroma del café recién hecho, o disfrutar sencillamente el despertarnos y saber que tenemos un día más para darnos una oportunidad. Ese mundo mejor lo hacemos hoy...siempre podemos elegir. Besos amiga

Plyngo and Me dijo...

De todas formas, uno siempre puede cogerse un macuto, un par de cuerdas y unas latas de conserva e irse a vivir a una isla desierta... por lo menos hasta que alguien se la expropie.

Plyngo and Me dijo...

Además, César tiene mucha razón en su comentario, sólo ver sonreír a un niño por la calle o realizar cualquier minúsculo milagro cotidiano (como puede ser saludar al vecino de enfrente, ése que llega siempre sólo a casa y no tiene nadie que le de los buenos días... aunque con cuidado, que hoy día uno no sabe quién tiene delante), sólo con esos pequeños detalles uno se da cuenta de que en realidad sí podemos cambiar el mundo cada día, aunque sólo sea el que tenemos más cerca.